En enero de 2020, un joven de 22 años se contactó por redes sociales con una adolescente de 15. Desde que comenzaron a comunicarse, hasta mayo de ese año, él le exigió contactarse todos los días, y la amenazaba con matar a su familia, y con publicar en las redes sociales las fotos que le mandaba.
Un día la madre revisó el celular de la menor y encontró los mensajes, por lo que radicó la denuncia.
La jueza de la Sala I del Tribunal de Juicio de Tartagal, María Soledad Rodríguez, lo condenó en juicio abreviado a la pena de tres años de prisión de ejecución condicional por ser autor de los delitos de contacto con menores de edad con fines sexuales por medios electrónicos (grooming), y publicación de imágenes de contenido sexual de menores de 18 años en concurso real.
Durante tres años deberá fijar domicilio y someterse al control de un patronato. Además tendrá la obligación de abstenerse de usar estupefacientes y de abusar de la ingesta de bebidas alcohólicas. No podrá acercarse a la víctima ni ejercer actos de violencia contra ella y su familia. Tampoco podrá contactarse con ellos por cualquier medio. Al finalizar la audiencia recuperó su libertad.
